CONSERVACION DE FORRAJES | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
(Recopilación de 14 ensayos llevados a cabo en el Reino Unido, Irlanda, otros países de Europa continental, Estados Unidos y Canadá |
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Sumario: Se revisaron los resultados de 14 ensayos de alimentación en vacas lecheras en producción comparando los efectos del inoculante para silajes Ecosyl. El tratamiento de los silajes con Ecosyl mostró una tendencia hacia un aumento del consumo de materia seca y una mejora estadísticamente significativa de 1,2 kg. de leche por vaca y por día (p<0,001). La composición de la leche no fue afectada por el uso del inoculante pero la cantidad producida de cada componente fue mejorada (grasa butirosa p<0,001, proteína p<0,001, lactosa p<0,05). También hubo una tendencia hacia un mejor estado corporal en los animales alimentados con silajes tratados con Ecosyl, en comparación con los que consumieron silajes no tratados. En 7 de los 14 experimentos, fue incluido un control positivo con el uso de silaje adicionado con ácido. El promedio de producción láctea de los animales que consumieron silajes adicionados con Ecosyl, fue de 1,1 kg. por vaca y por día mayor que aquellos que comieron silajes tratados con ácidos. Se concluye que los mecanismos que actuaron para que se expresara una mayor producción de leche, están relacionados en parte al mejor consumo de materia seca, la más alta digestibilidad de los distintos componentes del silaje, y la más eficiente asignación de la energía de la dieta hacia producción de leche y estado corporal, en menor medida que la concentración de los distintos componentes de la leche.
Introducción: Durante el año 1986, en la conferencia Eurobac, se concluyó que en ciertas circunstancias los inoculantes de silajes mostraban efectos benéficos sobre la producción animal (Castle, 1986). Los estudios realizados en vacas lecheras con el uso de estos aditivos eran escasos hasta ese momento. Luego de Eurobac han habido mejoramientos sustanciales en la tecnología de manufactura de los inoculantes, especialmente en lo que hace a la selección de las cepas y proceso productivo. En el mercado europeo aparecieron una gran cantidad de productos que declaran que su uso adiciona un millón de bacterias productoras de ácido láctico por gramo de forraje tratado, coincidiendo con las recomendaciones de Pahlow (1986). Hubieron algunos experimentos que medían los efectos de los inoculantes de silaje en la alimentación de vacas lecheras posteriores al Eurobac. Muchos de ellos fueron desarrollados en el Instituto de Investigaciones Agrícolas de Irlanda (ARINI). En una revisión de 11 trabajos llevados a cabo en el ARINI, con una variedad de inoculantes de silajes, Mayne y Steen (1993) reportaron un incremento en el consumo de materia seca del 8,8% en los silajes tratados con inoculantes, el cual resultó estadísticamente significativo en comparación con los silajes no tratados. La producción de leche fue aumentada en 0,6 kg/vaca/día (un 2,9%), sin importancia estadística. Tres de esos ensayos incluyeron el uso de Ecosyl y mostraron aumentos en la producción de leche que promediaron 1,5 kg/vaca/día (Gordon 1989 a y b, Mayne 1990). Esto demuestra una clara variación de la respuesta de la producción de leche en función del inoculante usado. Otros autores también han demostrado las ventajas del uso de inoculantes de silaje en la producción de vacas lecheras (Murphy, 1981; Leaver, 1990). Sin embargo, Davies et al (1990), Fisher et al (1984), Keady y Murphy (1993) y Phipps y Royle (1993) no encontraron respuesta de la producción láctea al uso de inoculantes. Chen et al (1992) reportó un mejoramiento en la producción de leche con el uso de Ecosyl en silaje de maíz, pero no pudo encontrar efectos benéficos atribuidos al uso de otros aditivos en ese mismo experimento. En algunos de los experimentos mencionados hay productos en base a Lactobacillus plantarum, la misma variedad usada en el Ecosyl, pero dichos aditivos teóricamente iguales no mejoraron la producción de leche cuando fueron usados sobre distintos tipos de silajes (Keady y Murphy, 1993 y Phipps y Royle, 1993). La variabilidad de la respuesta en producción láctea al tipo de inoculante habla claramente de la diferencia de efecto de los distintos productos. Esta variación en la eficacia puede estar relacionada no solamente a la variedad de bacteria productora de ácido láctico en el producto, sino también al número de microorganismos viables aplicados. No todos los inoculantes pueden cumplir uniformemente con el número de microorganismo declarado en su etiqueta, ni presentar una conservación adecuada que garantice su efectividad. Muchos ensayos sostenidos por fabricantes de aditivos de silajes que no demostraron efectividad en los parámetros productivos de los animales tratados, no han sido publicados, por lo tanto hay un número de ensayos con resultados negativos conocidos por la comunidad científica que no están en manos del público. Con el propósito de asegurar una absoluta claridad en lo que hace a los efectos del inoculante para silajes Ecosyl sobre los parámetros productivos de vacas lecheras, se ha encarado un trabajo que incluye la revisión de los resultados de todos los ensayos conocidos con ese producto, para demostrar la consistencia de respuesta en la producción láctea al tratamiento con Ecosyl. Hasta la fecha, ha habido 14 ensayos con Ecosyl, incluyendo 6 en el Reino Unido, 1 en la República de Irlanda, 1 en Holanda, 1 en Alemania, 4 en los Estados Unidos y uno en Canadá (que lo convirtió en el único inoculante aprobado por ese país como mejorador de la producción láctea). Los ensayos que incluyeron el uso de Ecosyl en la alimentación de vacas lecheras La Tabla 1, muestra una síntesis de los principales aspectos de los distintos ensayos llevados a cabo. Nueve de los estudios incluyeron silajes de gramíneas, 3 fueron llevados a cabo con silaje de alfalfa y 2 con silaje de maíz. El porcentaje de materia seca de los forrajes ensilados varió entre 15% (Gordon, 1989 a) y 46% (Fish, 1991). Los ensayos incluyeron una variedad de diseños experimentales desde bloques al azar con alimentación continua por 88 días (Gordon 1989 a), hasta Cuadrado Latino con períodos de alimentación de 3 semanas (Chamberlain et al, 1987). Un estudio llevado a cabo por Unsworth y Mayne (1993), que comparó el balance energético en vacas lecheras que consumieron silaje tratado con Ecosyl o Maxgrass (BP Chemicals), no fue incluido en esta revisión debido a que las vacas estaban en su última parte de la curva de lactancia (8,7 a 9,7 kg de leche por vaca y por día), y no hubo un control no tratado. Los experimentos reportados por Chamberlain et al (1987) fueron conducidos ofreciendo dos niveles de concentrado con el mismo silaje, y en el de Fish (1991) se usó dos diferentes tipos de concentrados usando un mismo silaje. Por lo tanto, los valores promedio de estos trabajos no han sido tenidos en cuenta para esta revisión. Análisis Estadístico Se llevó a cabo un análisis de variación de los resultados (SAS/STAT, versión 6.03, 1988. Análisis de variación GLM, SAS Institute Inc.). Los promedios de los tratamientos fueron comparados en bloques a la par y expuestos al test t de Diferencia Mínima Significativa, equivalente al test de Fischer. Los resultados de consumo de materia seca y producción de leche se encuentran en la Tabla 2. El promedio de ingesta de materia seca para los silajes tratados con Ecosyl fue numéricamente 0,5 kg/vaca/día más alto que en el caso de los silajes no tratados. Sin embargo, esa diferencia no fue estadísticamente significativa (p<0,05). No obstante, tomando los ensayos en forma individual, solo en 2 de los 14, se verificó una menor ingesta del silaje tratado con Ecosyl, y en varios de los ensayos las diferencias de consumo a favor del Ecosyl fueron estadísticamente significativas. El promedio de producción láctea para las vacas que consumieron silajes tratados fue 1,2 kg por día más elevado que el promedio del control. El nivel de significancia estadística fue alto (p<0,001). Solo en uno de los ensayos, el tratamiento produjo una producción numéricamente menor. Las mejoras en producción lechera fueron obtenidas en forma indistinta tanto en silajes de gramíneas, alfalfa o maíz. La mejora fue verificada en todos los niveles de materia seca del forraje ensilado (desde 15 a 46% de materia seca). La composición de la leche y el nivel de los distintos componentes de la misma, son descriptos en las Tablas 3 y 4. No hubo diferencias estadísticamente significativas entre tratamientos en los niveles promedio de grasa butirosa, proteína o lactosa. Hubo una tendencia hacia mejores porcentajes de grasa en la leche producida por vacas que consumieron los silajes tratados. Los niveles diarios de los distintos componentes de la leche de las vacas que fueron alimentadas con forrajes tratados mostraron mejoras estadísticamente significativas en grasa butirosa (p<0,001), proteína (p<0,01) y lactosa (p<0,05). Los valores promedio de cambio en el peso corporal son mostrados en la Tabla 4. Ella muestra una tendencia hacia una mejora en retención de peso corporal en los animales consumiendo silajes tratados. En siete ensayos, se hicieron comparaciones contra un control positivo tratando al forraje con ácidos (fórmico, excepto para Murphy, 1988, donde se usó ácido sulfúrico), además de las típicas comparaciones con forraje no tratado. Los resultados de estos estudios se muestran en la Tabla 5. A pesar de la más alta ingesta de materia seca en los silajes tratados con ácido, hubo una mejora significativa (p<0,05) en la producción lechera de las vacas que consumieron silajes adicionados con Ecosyl. Hay evidencias a partir de algunos de estos ensayos en que el ácido fórmico lleva a una diferente partición de la energía en la vaca lechera, determinando mayores niveles de grasa butirosa pero a menudo sin mejoras en el volumen de leche producido, en comparación a los silajes no tratados. Tabla 1: Resumen de los ensayos de Ecosyl en vacas lecheras
* Los niveles de ración totalmente mezclada (TMR), se refieren al porcentaje de concentrado en la ración total. volver al texto Tabla 2: Niveles de consumo de materia seca y producción de leche
Tabla 3: Composición de la leche
Tabla 4: Cantidad de los componentes de la leche y cambios en el peso corporal
Tabla 5: Comparación de la producción lechera con el uso de ácidos
Discusión Se verificó una tendencia hacia un mayor consumo de materia seca en las vacas que consumieron silajes tratados con Ecosyl (promedio mayor al 5%) en comparación con los animales consumiendo silaje no tratado. Las diferencias en muchos de los ensayos resultaron estadísticamente significativas. En dos de los ensayos no se pudo explicar el hecho de que el tratamiento con Ecosyl produjera menores consumos de materia seca, en especial teniendo en cuenta la buena fermentación de los silajes tratados y no tratados. El tratamiento con Ecosyl produjo un incremento promedio en la producción de leche de 1,2 kg por vaca y por día. Doce de los catorce ensayos presentaron una respuesta positiva en la producción de leche, independientemente del cultivo ensilado o su contenido de materia seca. Los dos ensayos reportados por Chamberlain et. al. (1987) en donde no se obtuvo una respuesta en producción láctea a la adición de Ecosyl, fueron de corta duración (3 semanas) y de diseño experimental alterno. La corta exposición de los animales al silaje tratado, pudo haber sido insuficiente para expresar las diferencias potenciales entre tratamientos. Gordon (1989 b) pudo encontrar diferencia a favor del uso de Ecosyl en un ensayo de tres semanas de duración con un diseño experimental de bloques al azar. Mayne (1990) y Chamberlain et. al. (1990) también obtuvieron mejores producciones de leche con el uso de Ecosyl en ensayos de cuatro semanas de duración con un diseño alterno. La variabilidad en el tiempo requerido para que el tratamiento exprese un efecto, puede explicar los resultados de Chamberlain et. al. (1987). Con excepción de los ensayos de Block (1993) con silaje de alfalfa y Fürstemberg (1993) con silaje de pasturas, hubo solamente pequeñas diferencias en las características más comunes de fermentación entre los silajes tratados y no tratados. En general, todos los silajes tuvieron buena fermentación independientemente del tratamiento, con diferencias demasiado chicas como para implicar mayor incidencia nutricional. En experimentos similares con ganado de carne, que compararon ingesta diaria de materia seca, ganancia diaria de peso y características de la res, se encontraron respuestas similares entre los silajes tratados y no tratados (revisado por Heron et. al., 1992). Esto hace evidente que los beneficios en la producción animal del uso de inoculantes como el Ecosyl, no son consecuencia de una mejor fermentación, a pesar que numerosos ensayos han demostrado que el Ecosyl puede mejorar notablemente la fermentación del forraje ensilado en una alta gama de condiciones pre y post cosecha (revisado por Moran y Owen, 1993). Las comparaciones de producción de leche de vacas alimentadas con silajes adicionados con Ecosyl versus vacas alimentadas con silajes tratados con ácido fórmico están mayormente en línea con los hallazgos de Gordon (1992), quien concluyó que los silajes tratados con ácido fórmico podrían aparejar mejoras en la producción de leche cuando las características de fermentación son mejoradas en mucha mayor medida que los silajes sin aditivos. En los siete estudios que se comparó al Ecosyl contra ácidos, todos los silajes no tratados sufrieron una correcta fermentación y los beneficios de los tratamientos con adición de ácidos o Ecosyl sobre la composición química de los distintos silajes fueron mínimos. El ensayo de Block (1993) tuvo un control no tratado que presentó una pobre fermentación en comparación con el forraje adicionado con Ecosyl, verificándose una importante mejora en la producción de leche de las vacas que consumieron el silaje tratado. La mejora en el consumo de materia seca de los silajes tratados con Ecosyl, constituye una explicación parcial de los mejores rendimientos productivos. En muchos de los ensayos la digestibilidad de los silajes fue medida “in vivo”.. Gordon (1988 a y b) y Mayne (1990) reportaron mejoras en la digestibilidad de los silajes tratados con Ecosyl sobre el control de 27, 51 y 33 g/kg respectivamente. Cifras comparables fueron obtenidas en otros numerosos ensayos con ganado de carne y ovejas (revisado por Heron et. al. 1992). Keady (1991) también notó un marcado cambio en la tasa de producción de ácidos grasos volátiles (AGV) en el rumen del ganado alimentado con silajes adicionados con Ecosyl, verificándose un giro hacia una más alta producción de ácido propiónico, en comparación a los animales que consumieron silajes no tratados. Cambios similares en la proporción de AGV ruminales fueron reportados por Robertson et. al. (1993), acompañados por un incremento en la producción de proteína microbiana ruminal. A pesar que una más alta proporción de propionato en el licor ruminal del ganado alimentado con silajes inoculados se correlacionó con una alta proporción de ácido láctico en los silajes tratados en los estudios de Robertson et. al., no hubo una clara correlación en los ensayos de Keady, por lo tanto la razón de los cambios en los AGV productos del Ecosyl, no pueden ser explicados enteramente por el contenido de ácido láctico de los silajes adicionados. Cualquiera sea la explicación de la más alta proporción de ácido propiónico en el licor ruminal de los animales alimentados con silajes adicionados, el cambio en los parámetros de fermentación ruminal, especialmente cuando son comparados con aquellos observados en los silajes tratados con ácido fórmico, implica que la partición de la energía en las vacas alimentadas con silajes tratados con Ecosyl favorece la mejora en el peso corporal y la producción láctea, como son sugeridos en las Tablas 2 y 4, más que los incrementos en los constituyentes de la leche como se muestra en la Tabla 3, tal como si ocurre con el tratamiento con ácido fórmico. Los estudios de Keady (1991) también mostraron una digestibilidad más alta del nitrógeno y la fibra para los silajes tratados con Ecosyl, llevando al autor a especular que esta era la causa de la mayor síntesis de proteína microbiana. Mientras que los estudios recientes han ayudado a explicar las razones potenciales del incremento consistente en la producción de leche, que se obtiene con la adición de Ecosyl a los silajes destinados a las vacas debido a un número de factores (ingesta de materia seca, cambios en los AGV, mejora en la síntesis de proteína microbiana), la exacta razón de cómo, por ejemplo, es mejorada la digestibilidad de un numero de constituyentes de los silajes, debe aun ser encontrada. Referencias Block, E (1993) “Effect of Ecosyl treated haylage on production performance of dairy cows in early lactation”. Report to Zeneca Bio Products, McGill University, Canada. Castle, M E (1986) “Conclusions and future prospects”. In: Eds. P Lingvall and S Lindgren “Proceedings of Eurobac Conference, August 12-16 1986, Uppsala, Sweden. Swedish University of Agriculture Sciences, 1990. 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