AGROMERCADOS

1. Negocio en problemas

1.1. Antecedentes:

La Argentina produce anualmente aproximadamente 2,5 millones de toneladas de carne vacuna, 87% con destino al consumo interno y 13% a terceros mercados.

El negocio de la carne vacuna en la Argentina, a salida de fábrica, representa un valor de negocios de aproximadamente 6500 millones de dólares anuales.

La carne vacuna representa aproximadamente el 68% del consumo total de carnes en nuestro país.

La carne vacuna representa el 7,1% del gasto total en alimentos por habitante.

1.2. Aspectos negativos:

La carne vacuna está perdiendo participación dentro del consumo de carnes, a un ritmo del 1,5% anual en los últimos 10 años, a manos del pollo.

Hace 50 años, la Argentina participaba con el 50% del total del mercado internacional y la producción de carne representaba 115 kg de carne (ecw) por habitante. Actualmente participa con el 7% y la producción es menor a 70 kg (ecw) por habitante.

Hace 20 años las exportaciones alcanzaron las 700 mil toneladas (ecw) anuales y el consumo por habitante superaba los 80 kg por año. En el último año se exportó algo menos de 300 mil toneladas (ecw) y el consumo por habitante estuvo rondando los 60 kg por año.

1.3. Causas:

La pérdida de volumen ha ocurrido principalmente porque la carne vacuna continua siendo un commodity tratando de competir contra productos con cadenas integradas, valor agregado y marca al consumidor, como ocurre con el pollo.

Desde el punto de vista del consumidor no es prioritario el aspecto del precio sino la consistencia de calidad (fundamentalmente la terneza). Su relación de importancia con respecto al precio es 2:1. Esto se refleja en los mayores precios de la carne de ternera o de calidad reconocida (hasta un 50% más según la cadena de supermercado).

1.4. Problemas estructurales:

1.4.1. Cadena no integrada:

El negocio está estructurado en una cadena desintegrada con un gran número de transacciones desde la genética hasta el consumidor y cada una de ellas con centro de resultados y objetivos independientes (muchas veces antagónicos) del eslabón anterior.

1.4.2. Falta de focalización en el consumidor:

Los sectores que componen la cadena están concentrados en sacarse ventajas entre si sin focalizarse en el consumidor que es, con su decisión, quien determina el tamaño y el resultado del negocio.

1.4.3. Objetivo de calidad mínima:

Los resultados independientes de cada sector inducen a la búsqueda del standard de calidad mínimo requerido, buscando reducir sus propios costos al nivel mínimo posible. Esto se concreta sin considerar el comportamiento de su producto en la etapa que sigue y sin valorar (ni comprender) la acumulación de costos por pérdida de calidad que se generan a través de la cadena.

1.4.4. Bajos márgenes en toda la cadena:

El efecto neto de estas decisiones desarticuladas en cada etapa termina perjudicando la relación precio-valor del producto final y la rentabilidad del negocio. La fragmentación en centros de beneficios independientes da como resultado márgenes muy bajos para cada uno de los sectores.

Finalmente, por tratarse de un producto con un muy bajo nivel de diferenciación, el precio termina siendo el mayor argumento de venta, lo que termina por deprimir la rentabilidad de la cadena.

1.4.5. Conflicto de intereses entre las partes:

Dada la forma en que está estructurada la cadena y los ciclos naturales de la oferta y demanda, en la mayoría de los casos alguno de los participantes de la cadena está perdiendo dinero. Aquellos que se encuentran en el momento ventajoso tratan de tomar todo el beneficio posible para hacer "caja" para el momento en que le toque perder. Esto genera un circuito continuo y rotativo de "ganador-perdedor" en el que los sectores están más concentrados en sacarse ventajas entre sí que en focalizarse en el consumidor.

1.5. Resultado:

Los ganaderos se encuentran frustrados por un sistema que falla al no enviar incentivos económicos y de información acerca del real valor carnicero de sus animales.

Los industriales no pueden armar un abastecimiento de calidad constante desde el origen, agregan poco valor y sobreviven con márgenes estrechos o pérdidas en un negocio que continua siendo básicamente un commodity.

Los consumidores sienten la insatisfacción que les genera la falta de consistencia en la calidad deseada pagando un precio excesivo por asegurarse la terneza (extracosto en carne de terneras).

2. Problemas estructurales

Existen ineficiencias y pérdida de rentabilidad por el sistema de "industrialización" (corte) en puntos de venta. La solución llegará de la mano del desarrollo de la distribución de cortes (boxed beef) que son producidos eficientemente en las industrias, acompañan la demanda y permiten obtener el máximo valor. Una gran parte de la pérdida de rentabilidad la termina pagando el productor.

 

2.1. Falta de escala:

En nuestro país, con 330 empresas frigoríficas bajo control del SENASA y varias más con control provincial y municipal, las 5 principales empresas faenan apenas el 15% del total y las 10 primeras el 23,5%. En tanto, en los principales países del comercio mundial de carnes la situación es diametralmente opuesta, las primeras 5 empresas participan en los EE.UU. con el 73%, en Nueva Zelanda con el 60%, en Irlanda, principal referente de la UE, con el 53% y en Australia con el 28%.

La falta de escala de los frigoríficos tiene una importancia decisiva en los costos industriales y en el valor de realización de los subproductos.

La Argentina a pesar de tener uno de los más bajos valores mundiales de materia prima (costo del ganado), pierde parcialmente su ventaja en la etapa industrial por tener menores valores de recupero (cuero, menudencias, sangre, grasas y huesos de faena) y mayores costos industriales.

Una mayor escala de nuestros frigoríficos les permitirá alcanzar mayores niveles de competitividad, tal como ha sucedido en los países líderes.

2.2. Evasión impositiva y doble standard sanitario:

Si bien la baja de la tasa del IVA ha tenido un efecto positivo en el cumplimiento fiscal, la evasión sigue siendo una de las principales limitaciones que enfrenta la industria frigorífica y por ende la totalidad de la cadena.

Respecto del tema sanitario, queda claro que existen exigencias y controles muy diferentes para la exportación de carnes que para la carne que se consume en nuestro país. En el primero de los casos se cumplen todas las normas cada vez más exigentes. En el segundo, no solo no se controla el uso de anabólicos no permitidos, sino que no se cumple con requisitos mínimos de control higiénico-sanitario de muchos frigoríficos (temperaturas de salida de planta superiores a 10 grados, inexistencias de tratamientos de efluentes, etc.).

2.3. Costos excesivos de estructura:

Entre otros: SENASA, servicios, puertos, aduanas internas (Abasto), etc.

Pese a que se ha progresado en muchos aspectos, todavía queda un gran camino por recorrer para reducir, a niveles internacionales, los extracostos de estructura que quitan competitividad a nuestra producción y que agregan poco o ningún valor. Estos costos extra, representan más del 1% del valor de la venta.

2.4. Envejecimiento y falta de inversión en la industria:

Por las razones mencionadas y por falta de rentabilidad la industria frigorífica es una de las pocas que ha quedado rezagada en la actualización de su equipamiento y la única que prácticamente no ha recibido inversiones en los últimos años.

 

2.5. Inexistencia de un Instituto de promoción de carnes:

 

No tenemos una organización que permita implementar políticas activas para revertir la situación de declinación en que se encuentra el negocio, introduciendo y consolidando la carne argentina en los principales mercados del exterior y reposicionándola en el mercado doméstico. Los principales países exportadores cuentan con programas de promoción muy eficientes. Se reúnen importantes fondos a partir de un valor determinado por cabeza vendida. Los EE.UU. reúnen más de 80 millones de dólares por año, Australia cerca de 60 millones y Nueva Zelanda con un stock del 10% del argentino, reúne 14 millones.

En todos los casos, además de invertir en sus mercado domésticos y de exportación, invierten entre el 15 y 25% de su presupuesto de investigación, desarrollando técnicas que les permite incrementar su competitividad. En los EE.UU. han verificado que por cada dólar invertido han obtenido 6 en beneficio.

 

3. Situación Actual

3.1. La oferta:

De acuerdo a la información proporcionada por la Encuesta Agropecuaria del INDEC en stock de ganado en nuestro país cayó 5 millones de cabezas entre 1994 y 1998, fecha en que lo estimaron en 48 millones de cabezas. Esta caída estuvo influenciada por la baja rentabilidad de la actividad ganadera respecto de la agricultura.

Aún no se conocen los resultados de la Encuesta Agropecuaria de 1999, pero lo que si resulta claro es que se ha iniciado con fuerza un período de retención de vientres y por ende de recuperación de stocks. Durante 1998 y 1999 la disminución de faena de hembras es notoria, estimándose para ese último año la menor participación de hembras en la faena de los últimos 20 años.

3.2. La faena:

En los últimos 8 meses de 1999 la faena de las plantas bajo control de SENASA se ha incrementado en un 10% respecto de la efectuada en el mismo período del año anterior.

No resulta fácil explicar este nivel de recuperación de la faena en plena fase de retención de hembras, razón por la cual me animo a dar cuatro razones que aportarían a ese cambio:

a.- La mejora de la oferta forrajera en campos tradicionalmente de cría (siembra directa) y la suplementación con grano durante el engorde que acelera los tiempos de terminación.

b.- Mayores niveles de marcación superiores a los habitualmente mencionados como del 60%.

c.- Mayor nivel de extracción del rodeo (cabezas faenadas sobre cabezas en stock) que el también habitualmente mencionado del 23-24%.

d.- La reducción en los índices de evasión ha llevado a blanquear un mayor número de cabezas faenadas y mayores pesos en faena respecto a lo que ocurría durante el período en que el IVA era del 21%. Esto también tiene efecto sobre los dos últimos puntos considerados (b y c).

Se mantiene alta la faena de animales jóvenes, en particular terneras/os que participan con el 11% del total de cabezas faenadas.

3.3. Tendencia:

De mantenerse la tendencia de retención y de confirmarse que los índices de marcación de extracción y los pesos de faena son superiores que los habitualmente considerados, el stock debería volver a los niveles de 1994 (53 millones) en los próximos tres años.

Esto nos pone una vez más frente al interrogante: ¿Qué pasará con los precios? Tendremos una demanda capaz de sostener los valores o incrementarlos? La exportación será capaz de crecer y presionar la suba?

 

3.4. La demanda:

Difícilmente se pueda recuperar una demanda genuina si no se garantiza la consistencia en la calidad (siempre tierna) y se lo transforma en un producto que se ajuste a las nuevas demandas de los consumidores (fácil de preparar, buena relación precio-valor, etc.).

La insatisfacción en la garantía de terneza ha llevado a un creciente número de consumidores a consumir carne de ternera (reses de 130-135 kg) y pagando por ello sobreprecios superiores al 40% respecto de la buena carne de novillo ofrecida en las mismas góndolas.

Debido a la suplementación y el engorde a corral, la producción está consiguiendo ofrecer terneras en forma constante todo el año.

3.4.1. El comercio minorista:

Los cambios ocurridos en el comercio minorista han tenido también una gran influencia en la demanda de carne.

Por una parte han generado cambios como el crecimiento del sistema de distribución de carne en cortes (boxed beef) y la introducción de nuevas propuestas de productos (carnes con marca, al vacío, con ingredientes). Por la otra, al generalizar la venta no asistida (self service) y al exponer la carne a la competencia de productos con mayor valor agregado y diferenciación, han desnudado las debilidades de la misma bajo la óptica del consumidor, cosa que no ocurre en el negocio tradicional donde, la presencia del carnicero-asesor y la inexistencia de competencia realzan el posicionamiento de la carne vacuna.

Adicionalmente el crecimiento del supermercadismo sobre el negocio tradicional (más del 70% de la venta de alimentos y más del 40% de las ventas de carne vacuna), la gran concentración de pocas cadenas (4 representan casi el 60% del total del sector) y la competencia de precios utilizando la carne como producto gancho han contribuido a deprimir los márgenes del negocio.

3.5. El precio:

El precio del ganado está influenciado por un importante número de factores que inciden en su formación.

Desde la oferta, la situación relativa respecto del precio de los granos (competencia por rentabilidad de actividades), la situación climática y la fase de retención/liquidación son factores que tienen una fuerte influencia en su comportamiento.

Desde la demanda, aspectos vinculados a cambios en la demanda de los consumidores y grado de aceptación del producto, competitividad de alimentos sustitutivos, comportamiento de las variables macroeconómicas, cambios en canal minorista, comportamiento de mercados externos, entre otros, tienen una enorme importancia en el funcionamiento de la demanda.

En el tema precios es importante destacar los siguientes comportamientos:

a.- El valor del ternero de invernada respecto del novillo terminado y el valor del maíz respecto del kg de novillo y de ternera.

b.- Cambios en los márgenes de comercialización minoristas.

c.- El precio del cuero y su importancia en el valor neto de compra.