AGROMERCADOS |
Los números de la ganadería argentina actual son los siguientes:
En cuanto a la producción, los principales analistas coinciden en que se registró una caída del stock que ronda los 5 millones de cabezas, mientras que el consumo en los últimos 10-15 años bajó de 85-90 kilos por habitante y por año, a alrededor de 60-65 kilos, espacio ganado, en buena medida, por la carne de pollo. Las exportaciones, por su parte, que llegaron a registrar picos superiores a las 700.000 toneladas anuales a principios de los '70, y más cercanos de 500.000 toneladas en el '95, cayeron hasta las 290.000 toneladas del '98, aunque tal vez este año se registre una leve recuperación a alrededor de 300-320.000 toneladas. Si bien el stock ha bajado, el aumento de la productividad unitaria que se viene dando, puede alterar el inestable equilibrio de los últimos años. Esto hace prever un aumento de los saldos exportables ya que no es probable que el consumo interno pueda absorber esas mayores cantidades volcadas al mercado. Entonces la pregunta es: ¿Cómo está y hacia dónde apunta el mercado internacional de carne vacuna? Durante 1998 la producción mundial de carnes rondó los 180 millones de toneladas de los cuales a la carne vacuna le correspondió el tercer puesto con cerca de 49 millones, a la aviar el segundo con aproximadamente 55 millones, y el primer lugar fue para la carne de cerdo totalizando unos 76 millones de toneladas anuales. Mientras que en los últimos 5 años la demanda de carne porcina y aviar creció al 5-6% anual, la de carne vacuna lo hizo apenas al 1,5-2%. En los Estados Unidos la carne más consumida es la de pollo, mientras que en Europa y Asia es la de cerdo. El pollo es la primera proteína que comienza a consumir un país emergente debido a su precio y mayor imagen de sana. Se piensa que en el futuro la demanda de carnes seguirá creciendo debido al aumento de la población mundial y a la incorporación de países emergentes al consumo. A su vez, se van a aumentar fuertemente las exigencias de los consumidores, especialmente los de mayor poder adquisitivo, por seguridad alimentaria e información, lo que incluye obviamente la identificación plena del producto. Se estima que en la próxima década el incremento de la demanda de carnes superará los 50 millones de toneladas, de los cuales cerca de la mitad corresponderá a pollos, unas 18 millones de toneladas a cerdo, y el resto será para la carne vacuna. La política de comercio internacional tendrá mucha incidencia en los mercados futuros. Por un lado por la liberación de ingreso a los mercados que aún presentan restricciones arancelarias y paraarancelarias, y en segundo término, por el peso que tiene la población agrícola subsidiada que favorece, especialmente a las producciones de aves y porcinos cuyo principal insumo son los granos. Ambas "ponen" un techo al precio de la carne vacuna. De todos modos, las perspectivas para los próximos 5-10 años indican que estas restricciones se continuarán removiendo o directamente muchas de ellas se eliminarán, aunque ya están apareciendo nuevas formas de restricción vía mayores exigencias, varias no justificadas técnica o científicamente. En lo que hace a Brasil, lo más destacado es su significativa mejora en la productividad, lo que permitió un aumento superior al 6% en el último quinquenio, con un rodeo de 150 millones de cabezas. En este contexto, las importaciones cayeron sustancialmente a los niveles más bajos de la década, mientras que las exportaciones crecieron en similar magnitud previéndose, para este año, más de 400.000 toneladas, aunque algunos estiman que puede llegar a cerca de las 600.000. Buena parte del crecimiento se justifica a partir de la devaluación registrada en ese país. Esto permitió a Brasil desplazar a la Argentina como principal proveedor de la Unión Europea, y también complementar sus envíos de otras carnes ya que, a diferencia de la Argentina, también es un importante productor y exportador de cerdos y pollos. Australia hoy por hoy sería el principal exportador de carne vacuna con más de 1,1 millones de toneladas. Este país está entrando en un ciclo de retención de vientres que le permitirá, en el mediano plazo, incrementar la producción superando los 2 millones de toneladas anuales, favorecido, además, por el avance registrado en el engorde a corral por los bajos precios de los granos. La retención se da en parte por la caída de las exportaciones de hacienda en pie debido a la crisis asiática, principal mercado de destino de ese producto. Las posibilidades argentinas en este contexto son variadas, según la estrategia que se elija. Entre los factores que tenemos a favor figura:
Por el lado de lo negativo, tal vez el factor principal se centre en la competencia que ejerce y ejercerá Brasil. |