AVICULTURA |
Por el Dr. Jorge Gargano Del staff de Nutri-Net® |
Si bien en la avicultura no existe el asistencialismo, sino que se debe trabajar sobre medidas predictivas, en momentos en que la prevención falla es necesario aplicar los conocimientos de anatomía, para que a partir de los elementos orgánicos normales lleguemos a las lesiones que nos pueden inducir a un diagnóstico certero. La necropsia "per sé" no es elemento de diagnóstico, sino que los datos que nos aporta deben sumarse a la epidemiología y a los análisis de laboratorio, para llegar a diagnosticar correctamente. El mayor desafío del médico veterinario avícola es arribar a diagnósticos precisos y rápidos, ya que el carácter de explotación intensiva y el estrés al que están expuestas las aves hace que en términos de horas se comprometa la sanidad integral del galpón. Paso 1: Historial clínico. Antes de comenzar el análisis anatomopatológico, es necesario obtener información adecuada: edad, cantidad de animales, morbilidad, mortalidad, aparición de síntomas, consumo de alimento, vacunaciones, cambios de alimento, etc. De la buena información con que se cuente, dependerá el tipo de animales que elegiremos y los órganos en que haremos hincapié en la observación. Paso 2: Observación del galpón. Una vez recogidos los datos, se debe pasar a la observación del hábitat, sobre todo para descartar posibles cuadros no-infecciosos, cuyo orígen radica en una falla de manejo, por ejemplo mortalidad por causas metabólicas por mala ventilación, deshidratación por mal manejo de bebederos, etc. Es importante observar el estado de la cama, comportamiento y actividad del lote, descargas nasales, porcentaje de animales consumiendo alimento, consumo de agua, así como escuchar ruidos respiratorios etc. Paso 3: Elección de las aves a necropsiar. La elección es el paso mas importante, ya que animales postrados o descartes presentarán signos clínicos de problemas anteriores que nos llevarían a un diagnóstico erróneo. Por lo tanto, lo ideal es tomar muestras representativas en cantidad y calidad. La cantidad mínima necesaria dependerá de la gravedad del cuadro. Normalmente es de un 0,1 % sobre el total del lote. Se deben elegir animales que manifiesten el problema y que, además, sea de aparición reciente, ya que los en animales con sintomatología anterior presentan signos de complicantes secundarios que distorsionan la lectura de los signos principales. Paso 4: Sacrificio. Este paso debe ser rápido y de la forma más “humanitaria” posible. El modo más efectivo es tomándolos con una mano por las patas y con la otra dislocando la articulación de la nuca. Paso 5: Técnica de necropsia. Tiene dos partes: una disección anatómica y un examen de órganos y tejidos. Se debe seguir un orden de revisión de órganos:
La habilidad para reconocer anormalidades en los órganos y tejidos se logra con la experiencia. Primero es necesario reconocer la anatomía normal. Es importante cumplir con la observación de todos los elementos anatómicos. Una lesión significativa genererlamente está acompañada de signos secundarios no menos importantes, por ejemplo ante inmunosupresiones importantes la lesión secundaria es más visible que la raíz del problema, la bursa o el timo. Como la mayoría de los problemas sanitarios en avicultura, son multicausales, es importante buscar signos y no enfermedades. Ante la presencia de dudas acerca de un signo clínico, se debe apelar a la toma de muestras para remitir a laboratorio, transportándolas en formlalina al 10 % o refrigerado. Con los datos aportados por la necropsia, más la resultante de los pasos iniciales, se podrá armar el rompecabezas para llegar a un diagnóstico definitivo. Si la aparición de más de una causa asociada genera dudas, entonces habremos llegado a un diagnóstico presuntivo hasta tanto el laboratorio nos permita reunir más datos y así diagnosticar con absoluta seguridad. |