ADMINISTRACION AGROPECUARIA |
La importancia de la gestión y la planificación estratégica.
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Es en esta época del año, en la que el balance del bolsillo post-ejercicio prima sobre el análisis de conciencia, el ánimo depende de lo que perdí, o de lo que deje de ganar. Sin embargo, la dinámica de la producción agropecuaria nos sumerge en un nuevo ejercicio que puede significar la extinción, la agonía o el resurgimiento de nuestra empresa. Cuando digo análisis de conciencia es simplemente preguntarse qué porción de los resultados estuvo determinada o influenciada por mi. Algunos dirán que no esperaban estos precios, otros despotricarán contra la naturaleza, y tienen razón, pero a medias. Porque estos factores influyeron cuando la bola ya estaba lanzada y no podía volver atrás. Sino, ¿quién explica que alguien sea capaz de optar por producir algo que no cubre los costos, o haber sembrado sobre campos inundados o en otros casos casi asfaltados por la seca? De ahí mi preocupación por la gran cantidad de productores que saltean o ignoran un eslabón tan importante como la planificación estratégica. No hay dudas de que en la parte operativa pasarán muchos años para ser superados por productores de otras naciones. Pero el profesionalismo en la parte técnica se despilfarra por el amateurismo en el planeamiento estratégico. Que es la planificación estratégica Es nada más ni nada menos que contestarse qué, cuánto y cómo producir. Es analizar un portfolio de actividades con sus debilidades y fortalezas, para así lograr una combinación que permita llegar a la maximización de beneficios. Es fijar las políticas y las metas, es decidir hoy algo que ocurrirá en el futuro. Como verán, algo para nada sencillo. Hay herramientas que permiten construir o simular escenarios futuros (mercado a término, seguros climáticos, consultoras, informática, etc.), y así diluir riesgos; pero desgraciadamente no podemos controlar la incertidumbre (impuestos, decisiones políticas, etc.), que impactará en mayor grado en el productor que no planifica. En el caso de productores que permanecen en la actividad, el análisis de las alternativas puede estar limitado por alguno de los factores de producción: Tierra, Capital y Trabajo, como así también por algunas barreras mentales. Esto no debería ocurrir, ya que para que un planeamiento estratégico sea tal, no deben existir condicionamientos. Esto significa considerar hasta la alternativa extrema de dejar el negocio. Sino, cabría preguntarse cuántos productores agrícolas endeudados desde no hace tanto tiempo, podrían haber vendido sus campos, haber pagado las deudas, y hoy comprarse el mismo campo, sin deudas y con capital genuino para producir. Esto no ocurre con los inversores, ya que parten de una estrategia para luego incorporar los factores de producción de acuerdo a lo decidido. En primera instancia prevalece la gestión por sobre tierra, capital y trabajo. Para terminar, el fin de este artículo no es demostrar la teoría darwiniana del eslabón perdido sino la existencia de una herramienta tan importante como la gestión (dentro de esta la planificación estratégica), que en los tiempos que corren, sin lugar a dudas, debe ser considerado el cuarto factor de producción en toda actividad relacionada con el agro. |