NUTRICION DE VACAS LECHERAS

La utilización de sales aniónicas en dietas para vacas secas.

C. de Blas, C. Resch, J. Amor y P. Garcia

Departamento Producción Animal. UPM Leyma, S.A.

Introducción:

La fiebre de leche se produce cuando los mecanismos homeostáticos que mantienen el nivel de calcio en plasma fallan en reemplazar los niveles de Ca perdidos al inicio de la lactación. La repentina demanda da altos niveles de Ca para la producción de calostro hace que el Ca deje los fluidos extracelulares para entrar en la glándula mamaria más rápido de lo que puede ser reemplazado por la absorción intestinal o la movilización de la reserva ósea, lo que conduce a hipocalcemia. (Nivel de Ca total en plasma inferior a 0.8 mg/l)

Puesto que parte de la esencialidad del CA proviene de su papel en la transmisión nerviosa y en la contracción de tejido muscular, los principales síntomas clínicos incluyen temblores y parálisis. También se ha observado que la incidencia aumenta con la edad de la vaca por la menor capacidad de movilizar Ca óseo y que los problemas tienden a repetirse en partos sucesivos.

Tratamiento preventivo:

Se han propuesto diversos mecanismos:

1. Reducir los niveles de Ca y P en raciones de vacas secas.

2. Administrar vitamina D o sus metabolitos en momentos específicos del preparto.

En ambos casos se trata de activar los mecanismos de movilización del Ca óseo en un período (2-3 semanas antes del parto), en el que las necesidades son bajas y están sobradamente cubiertas por la dieta. Sin embargo se presentan algunos inconvenientes. Reducir los niveles de Ca supone restringir la utilización de leguminosas a favor, por ejemplo, del silo de maíz lo que puede provocar un engrasamiento excesivo en el período preparto, cambios repentinos del forraje de la dieta tras el parto y aumento de la incidencia del desplazamiento del abomaso. En cuanto a la administración oral o intramuscular de la vitamina D, muchas vacas tratadas no son capaces de producir 1.25(OH)2D3 endógeno que es el metabolito que interviene en la movilización del Ca y en consecuencia aparecen sus síntomas de deficiencia.

De un trabajo reciente (Goff y Horst, 1997), se deduce que manteniendo bajo el Ca de la dieta, un 36% de las vacas desarrollan fiebre de la leche si el nivel de K es elevado (2,1%). Este nivel se supera en pasturas de leguminosas (que además son ricas en Ca) y en gramíneas jóvenes; aun más cuando están estercoladas.

Oestze demostró que en dietas con altos niveles de S (0.10%) un 60% de las vacas desarrollaron fiebre de leche, mientras que con 0.55% de S no se detectaron problemas y la incidencia fue solo del 10% con dietas con 1.2% de Ca.

Bases fisiológicas del efecto de las sales aniónicas sobre la Hipocalcemia.

Las sales provocan una acidificación digestiva y metabólica, creándose condiciones óptimas para la circulación del Ca en el organismo(Block 1994).

Mejoran la asimilación digestiva del Ca a través del:

- Transporte pasivo (a nivel del rumen y del intestino porque a pH ácido aumenta la solubilización de Ca )

- Transporte activo, la paratohormona (PTH) que controla la absorción intestinal del Ca, es activada por la acidocis.

Aumentan la movilización de Ca óseo debido, directamente que en condiciones ácidas aumenta la actividad de los osteoclastos, e indirectamente al aumento de la secreción de Ca vía orina, el único metabolito activo.

El efecto principal de las sales aniónicas se ejerce sobre el equilibrio ácido base de organismo, por lo que su utilización obliga a incorporar el concepto de balance catión-anión (DCAD: Dietary Cation-Anion Difference) en la formulación para dietas de vacas secas.

En condiciones normales el pH del organismo se mantiene entre límites muy estrechos (7.35-7.40) a través de diversos mecanismos reguladores físico- químicos, sistemas tampón plasmáticos (bicarbonato y proteínas) y tejido óseo, y fisiológicos (eliminación de CO2 por vía respiratoria en detrimentos de los bicarbonatos, eliminación de ácidos por vía renal o reabsorción de bicarbonatos).

La distribución de iones en los diferentes medios es tal que existe una igualdad perfecta entre la suma de aniónes y catiónes si las concentraciones de estos iones se expresan en miliequivalentes. Teniendo en cuenta que los iones Na, K y Cl- determinan el equilibrio ácido-base del medio plasmático y el papel acidógeno del S= (los sulfatos acidifican directamente los fluidos biológicos, Whiting y Draper, 1981), son estos cuatro iones los considerados en él calculo del balance catión-anión de una materia prima o de una dieta.

Mediante el calculo de la DCAD es posible determinar la incidencia de un alimento o una dieta determinada sobre el equilibrio iónico y el pH de medio plasmático. La DCAD se define como la diferencia entre cationes y aniones expresada en miliequivalentes:

DCAD(meq/kg): meq/kg(Na+K)-meq/kg(Cl+S).

Cuando se suministra una dieta con DCAD (negativa) a vacas secas al final de la gestación, se produce la entrada de un exceso de aniones (SO= y Cl-) en el organismo. La necesidad fisiológica de mantener la electroneutralidad hace que se liberen cationes (H) para neutralizar los aniones, provocando consecuentemente una baja del pH. Como consecuencia se produce una acidificación de la orina y una mayor excreción de Ca, reduciéndose los niveles de Ca en sangre. En respuesta aumenta la secreción de hormona paratiroidea y de 1,25(OH)2D3, estimulándose la movilización de Ca óseo y aumentando, finalmente, la concentración de Ca en sangre

Efecto de las sales Aniónicas sobre la prevención de la Hipocalcemia

En la figura N°1 se muestran los resultados de tres ensayos( Block, 1984; Gaynor et al, 1989; Goff et al. 1991), en los que, en las mismas condiciones experimentales se comprobaba el efecto de las dietas con diferente balance catión-anión sobre la incidencia de la hipocalcemia. Para reducir la DCAD de la dieta se recurrió al empleo de sales aniónicas, es decir sales que aportan Cl y S pero no Na y K. Como puede apreciarse, la adición de sales aniónicas supuso en todos los casos una disminución significativa de la incidencia de fiebre de leche.

Figura 1

Efecto del DCAD sobre la incidencia (%) de fiebre de la leche

porcentaje de incidencia

iGaynor et al. * Block, 1984 ¿ Goff et al, 1991

Un trabajo reciente realizado sobre 500 vacas de alta producción (Beede et al., 1991), se muestran en el Cuadro 1. En este ensayo se compararon dos dietas, una control con un DCAD de 50 meq/kg, y otra en la que, mediante el empleo de sales aniónicas se conseguía reducir el DCAD hasta -250 meq/kg. El tratamiento resulto efectivo al elevar la concentración de Ca iónico en sangre, y al reducir la incidencia tanto de síntomas clínicos como subclínicos, sobre todo en los animales de mayor edad (mayores de 3 lactancias). También pueden observarse que, como concecuencia de la disminución de los efectos colaterales negativos de la hipocalcemia, se producía un incremento significativo de la producción de leche (4%) y de la eficiencia reproductiva (17%).

Cuadro 1

Efecto del DCAD sobre la incidencia de la hipocalcemia y fiebre de la leche (Beede et al; 1991)

 

Control (+50 meq/kg)

+Sales (-250 meq/kg)

Signif.

% Fiebre leche < 2 lactancias > 3 lactancias

0 12

0 5

• •

% Hipocalcemia < 2 lactancias > 3 lactancias

16 66

2 28

• • • •

Ca sangre (mg/100ml)

3.80

4.31

• •

Producción leche, kg

9.030

9.356

• •

% Vacas gest. 250 d

66

77

En otros ensayos reciente ( Resch et al. datos no publicados) se a observado que, la adición de sales aniónicas (una mezcla 50:50 de SO4Mg y ClNH4) permitía reducir el PH de la orina (un 26%), lo que estuvo relacionado con una mayor concentración de Ca en sangre y con una menor incidencia de hipocalcemia subclínica. En este ensayo no se observo ningún caso de fiebre de la leche con síntomas clínicos.

 

Uso de Sales Aniónicas. Recomendaciones Practicas

De acuerdo con los resultados anteriores, el uso de sales aniónicas como aditivo en dietas de fin de gestación, parece una alternativa eficaz para reducir la incidencia de hipocalcemia cuando no es posible ni económico reducir el contenido de Ca y/o K (forrajes en base a leguminosas o gramíneas jóvenes fuertemente estercoladas). La recomendación más habitual es que en las raciones de vacas secas se mantenga un DCAD negativo del orden de -100 a -150 meq/kg MS durante las 3 o 4 semanas antes del parto, lo que se consigue suministrando sales aniónicas. Además las raciones deben proporcionar de 150 a 180 g Ca por vaca y día (1.2-1.4% de la ración) ya que las dietas acidógenas aumentan la excreción de Ca en orina.

Las sales aniónicas deben ser añadidas a tasas de 2000-3000 meq/día, lo cual reducirá la DCAD a menos de cero (-50 a -150 meq/kg). Para alcanzar este balance se debe suministrar 200-250 g de una mezcla de sales aniónicas. En el mercado existen distintos productos, en general cualquier cloruro o sulfato (sin K o Na) es válido. Oetzel et al; (1991), estudiaron seis sales aniónicas (MgCl2, MgSO4, CaCl2, CaSO4, NH4Cl, (NH4)2SO4) y demostraron que cualquiera de ellas era igualmente efectiva en cuanto a sus efectos acidificantes (sangre, orina) y su capacidad para aumentar la excreción urinaria de Ca. No obstante, estos mismos autores destacan que las sales de Ca y Mg tienen un potencial de toxicidad menor que las sales amónicas (NH4) ya que no son fuentes de nitrógeno no proteico. Acedo (1997) señala que las sales mas utilizadas comercialmente son el cloruro amónico y los sulfatos de amonio, calcio y magnesio. El cloruro de calcio es también efectivo, pero no se usa por resultar irritante y el cloruro de magnesio tampoco por ser más costoso. En la práctica se suele utilizar mezclas de estas sales, debiendo vigilarse en cualquier caso que los niveles de S de la dieta no sobrepasen el 0.4% MS para evitar toxicidad.

Las sales aniónicas son muy poco palatables y precisan de un manejo cuidadoso para asegurar su consumo. Es imprescindible que se presenten perfectamente mezcladas con el pienso o con el resto de la ración cuando se dispone de sistemas unifeed para enmascarar su sabor. La mezcla de las sales aniónicas con alimentos muy palatables, incorporadas en el silo de maíz o alfalfa, también ha demostrado ser efectiva (Olson, 1991,Howard,1995) No debe olvidarse que en ningún caso se debe sobrepasar el límite de corrección acidógena de 3000 meq/día, ya que dosis superiores de sales aniónicas pueden afectar muy negativamente al consumo.

Las sales no deben usarse en vaquillonas ni en vacas de baja- media producción (<8.000kg/lactación), ya que éstas no suelen presentar problemas de hipocalcemia.